Combinar entrenamiento cardio y de fuerza se ha vuelto una práctica cada vez más común, ya que ambos son fundamentales para un cuerpo saludable. Sin embargo, surge la duda sobre cuál se debe hacer primero. La respuesta varía según el objetivo que se quiera alcanzar.
La mayoría de los especialistas recomiendan realizar los entrenamientos de cardio y fuerza en sesiones separadas. De esta manera, el cuerpo tiene tiempo para recuperarse entre entrenamientos, permitiendo un mejor rendimiento y resultados más efectivos en ejercicios exigentes, ya sean de cardio o de fuerza.
Hacer cardio antes o después del entrenamiento
La decisión de hacer cardio antes o después del entrenamiento depende del objetivo que se quiera lograr. El orden puede influir en los resultados, ya que cada enfoque activa diferentes mecanismos en el cuerpo.
Aumentar masa muscular
Si el objetivo es ganar masa muscular, no es recomendable priorizar el cardio antes del entrenamiento de fuerza. Si el cuerpo ya está fatigado, el rendimiento en el entrenamiento de musculación disminuirá, reduciendo la efectividad y aumentando el riesgo de lesiones. Además, la fatiga puede afectar la concentración y la ejecución de los ejercicios.
Hacer cardio después del entrenamiento de fuerza es una opción, pero también puede ser contraproducente, ya que puede aumentar el catabolismo muscular. La mejor estrategia es separar los entrenamientos de cardio y fuerza, permitiendo una adecuada recuperación para maximizar los resultados en el desarrollo muscular.
Cardio para mejorar la resistencia en running
Si el objetivo es mejorar la resistencia corriendo, lo ideal es comenzar con el entrenamiento cardiovascular. Correr primero permite que los músculos estén descansados, favoreciendo el rendimiento. Después de la carrera, se puede realizar entrenamiento de fuerza, pero sin excesos en intensidad o duración, ya que correr contribuye a la quema de calorías y la tonificación muscular.
Mejorar la condición física en general
Cuando no hay restricciones de tiempo para entrenar, se puede alternar entre entrenamientos de fuerza y resistencia, siempre con objetivos bien definidos para cada sesión. Si, por ejemplo, solo se dispone de dos días a la semana para entrenar, es recomendable dedicar más energía e intensidad a cada tipo de entrenamiento por separado.
Para optimizar los resultados, los expertos sugieren separar los entrenamientos de fuerza y resistencia en diferentes momentos del día. Si los entrenamientos se realizan en sesiones separadas, como cardio por la mañana y musculación por la tarde, el cuerpo tendrá más tiempo para recuperarse, maximizando el rendimiento en ambas disciplinas.